De padre pakistaní y de madre alemana, esta bella canadiense es toda una mezcla de culturas, algo que la hace mucho más exótica y bella.
Su padre, fue un líder de la comunidad musulmana en Quebec donde vivían y cuando Yasmeen decidió ser modelo con tan solo 17 años tuvo la desaprobación de sus padres, pero ella insistió en que quería ser modelo y abandonó su ciudad y su trabajo en McDonald’s para dirigirse a Nueva York donde le esperaría una nueva vida y la fama principalmente en Europa y trabajando para los más importantes diseñadores.
Yasmeen tuvo que pasar por muchos problemas, como la separación de sus padres o el hecho de verse rechazada por parte de su comunidad religiosa por haber elegido la carrera de modelo, pero se ha sentido arropada por sus amigos y sobre todo por su madre.
Todos los fotógrafos y profesionales que han trabajado con ella han reconocido sentirse deslumbrados con esta belleza tan particular, con esos rasgos tan definidos y exóticos y ese espectacular cuerpo.
Desde ser una de las musas de Versace y mostrar su rostro al mundo en las más prestigiosas revistas de moda como Marie Claire o Sport Illustrated, esta chica hipnotiza y encandila con una particular y espectacular belleza donde quiera que vaya y esa mezcla de culturas es lo que la hacen ser así.
