La policía de Los Ángeles ya dictaminó que la muerte de Michael Jackson fue homicidio. Ahora el siguiente paso de la investigación es determinar el nivel de responsabilidad de su médico personal, Conrad Murray, quien fue el encargado de suministrarle profopol al Rey del Pop durante las últimas seis semanas de vida.
Para Murray no hay vuelta de hoja: en los próximos días será acusado de homicidio involuntario ya que el certificado de defunción (filtrado a los medios de comunicación el fin de semana) señala que la causa de la muerte es «intoxicación por Profopol inyectado por vía intravenosa a través de un tercero».
Desde julio de 2009, La Toya Jackson, hermana de Michael, declaró que en su opinión, El rey del pop había sido asesinado. Con la noticia de que la policía ha iniciado una investigación criminal por asesinato imprudencial, las declaraciones de La Toya adquieren nueva importancia ya que podrían dar una idea sobre los móviles del crimen.
La hermana de Jakcson aseguró que «hubo una conspiración» en el círculo cercano a Michael y que tenían la intención de inducirlo y alentarlo en el consumo de drogas con la intención de manejar su carrera y su patrimonio. Un mes antes del asesinato, La Toya dijo: «Creo que Michael va a morir pronto, incluso antes de sus conciertos en Londres porque está rodeado por un montón de gente que no tiene buenas intenciones en su corazón».
Ya cuando murió, reafirmó su idea: «Michael valía más de un billón de dólares. Cuando alguien vale tanto, siempre hay gente mala rondando. Y Michael valía más muerto que vivo». Piden justicia En espera de la nueva investigación enfocada ahora en el cargo de asesinato imprudencial, la familia ya hizo una declaración al respecto: «Nosotros mantenemos la fe en la policía».