Esta hermosa actriz de ascendencia cubana es uno de esos casos en los que podemos decir que desde su reciente divorcio está más hermosa que nunca. Durante la gala de los premios del Council of Fashion Designers of America, la ex esposa del empresario italoamericano A.J. DiScala lució fina y radiante con una creación de Monique Lhuiller.
Jamie-Lynn Sigler nació el 15 de mayo de 1981. Sus padres son cubanos y mexicanos, aunque posee una mezclada herencia cubana, judío-norteamericana y griega. Jamie fue apuntada a la escuela de baile cuando sólo tenía tres años y comenzó a tomar clases de interpretación y canto tan sólo cuatro años después.
Cuando era adolescente obtuvo el papel de Anne Frank en Broadway, un papel que en su día fue protagonizado por la actriz Natalie Portman. Su audición para el papel de Meadow Soprano fue legendaria, porque la joven Jamie-Lynn no era consciente de la relación que guardaba el proyecto de la HBO con el canto. Cuando se percató de que no era un musical, pero sí un drama sobre la mafia, se sorprendió por haber conseguido el papel. A medida que su personaje progresaba, su fama fue creciendo en el mundo del espectáculo.
Al igual que Meadow, Jamie-Lynn ha tenido que superar sus traumas adolescentes. Tras una relación amorosa fallida, Jamie-Lynn sufrió ansiedad severa y estuvo cerca de desarrollar un desorden alimenticio grave (algo de lo que habló extensamente en el show de Oprah Winfrey). Sus padecimientos fueron causados también por la presión inherente de formar parte de un show de éxito, así como el estrés de compaginar su carrera con los estudios en la universidad. Los productores de «The Sopranos”, incluso consideraron la idea de eliminar a Jamie-Lynn Sigler del show hasta que ésta demostrara que se encontraba en buenas condiciones físicas y mentales. Jamie-Lynn tuvo que dejar sus estudios de psicología y centrarse en alcanzar su sueño de Hollywood.
